El diseñador, además del tipógrafo, interviene en la conversión del manuscrito en libro.
Sea un especialista o no, el diseñador determina las características del libro, como las medidas de la página, el tipo y el tamaño de la letra, la medida de los márgenes, el espacio entre líneas, la clase de encuadernación, el tipo de papel en que se imprimirá el texto, etc.
En algunos casos, el diseñador también puede funcionar como ilustrador, caligrafista, encargado de mapas, etc. La persona que trabaje esta parte debe tener buen gusto artístico y suficiente conocimiento del proceso de edición de libros, que le permita escoger entre las opciones existentes.
El diseñador busca proyectar un libro que sea atractivo y que logre transmitir las ideas del autor y del ilustrador de la manera más clara e inteligente posible.
La forma del diseño debe corresponder con el propósito del proyecto y debe considerar los costos para la editorial y para el lector.
Se debe considerar qué tipo de papel usará, con sus colores, con las texturas y con la tipografía. Debe encargarse de la encuadernación. Todo esto necesita tener en mente el costo para la editorial y el precio al público.
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