La globalización de la lectura ha causado que se lea menos.
Las industrias editoriales tienden a integrarse a grandes holdings.
Las pequeñas editoriales necesitan, a causa de esto, convertirse en alternativas de resistencia.
También, el proceso educativo ha provocado este fenómeno. Los profesores no leen y no transmiten el ideal del goce por la lectura.
La lectura ha disminuido por las rutinas televisivas y por el encarecimiento de los libros.
Hay escasez de bibliotecas públicas.
Existe un dominio en el mercado de la cultura editorial por parte de los Bestsellers y de los libros de auto ayuda.
El internet provee más posibilidades para la lectura, pero se requiere alentar al goce de la lectura para garantizar la resurrección de la lectura.
El libro sigue presente. Ni el cine ni la televisión ni otros medios han acabado con él.
El gobierno debe garantizar que quien lo desee pueda acceder a la lectura.
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